
“El doctor recibió una patada en la frente mientras intentaba intervenir para calmar una situación conflictiva. No estaba involucrado directamente, pero fue alcanzado por la agresión”, explicó Muller.
El agresor es un paciente con antecedentes de episodios violentos, y ya existían denuncias previas realizadas por el personal de enfermería. En otra oportunidad, una enfermera debió hacer una exposición policial por amenazas.
A raíz de este nuevo caso, el hospital decidió modificar su protocolo de atención para pacientes psiquiátricos. Desde esta semana, algunos tratamientos se brindarán de forma domiciliaria para evitar riesgos dentro del establecimiento. La medida se aplicará principalmente en los casos donde se administra medicación bajo el esquema de “tratamiento directamente observado”.
Muller reconoció que cuentan con apoyo policial, pero señaló que los recursos son limitados. “La respuesta fue rápida, pero es necesario seguir trabajando para reforzar la seguridad”, sostuvo.
Finalmente, la directora convocó a un debate profundo sobre los desafíos del sistema de salud. “Tenemos que revisar nuestras prácticas y encontrar un equilibrio entre el derecho del paciente a recibir atención y la seguridad de nuestro equipo”, concluyó.