
por AGENDA MALVINAS
En vísperas de una nueva reunión del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, las declaraciones de dos representantes clave de los habitantes implantados de las Islas Malvinas ponen en evidencia una contradicción fundamental en su discurso.
Por un lado, los kelpers insisten en su derecho a la autodeterminación. Por el otro, se proclaman orgullosos miembros de los Territorios Británicos de Ultramar, una categoría que los vincula directamente al Reino Unido. Esta ambigüedad no sólo socava su posición ante el derecho internacional, sino que también deja en una extraña posición al presidente argentino Javier Milei, quien recientemente expresó su apoyo al principio de autodeterminación de los isleños.
El ilegitimo legislador electo de las Malvinas, Pete Biggs, afirmó con contundencia que las islas no tienen por qué participar en el Comité de Descolonización (C24), ya que, según él, no son una colonia, sino un "Territorio Británico de Ultramar por decisión soberana". Concurrir a la reunión anual de la Comisión Especial de Descolonización “nos resulta inapropiado", declaró, pese a que él y su colega Mark Pollard en principio asistirán para defender su estatus.
El ilegítimo legislador Pete Biggs, quien concurrirá a la reunión del C24 en junio para exponer el derecho de la colonia a la autodeterminación
Este razonamiento revela una paradoja: si realmente fueran autónomos, ¿por qué necesitan reafirmar su pertenencia al Reino Unido?
Por su parte, Richard Hyslop, representante del gobierno colonial kelper en Londres, celebró el Día de los Territorios de Ultramar del Reino Unido, destacando la "relación moderna, democrática y mutuamente beneficiosa" que, según él, mantienen con la metrópoli. Hyslop incluso mencionó el referéndum de 2013 -cuya legitimidad Argentina siempre ha desconocido-, en el que el 99,8% de los votantes habría optado por seguir siendo un territorio británico.