
1.- las emergencia y adquisición de volumen del 'anti mileísmo' como plataforma de una subjetividad colectiva, premisa de algún silogismo básico; 2.- las altas imágenes del Hospital Garrahan y del CONICET, en tanto adversarios declarados tales por el mileísmo, como contracara involucrada en otra premisa del silogismo y que estaría sintetizando la argentinidad como subjetividad de base puesta en crisis por el fenómeno disruptivo de la elección del presidente en 2023; y 3.- como atisbo de conclusión del silogismo, el fracaso de la escuela austríaca en tanto síntesis del experimento en curso liderado por Javier Milei.
La hipótesis podría ser usada como prisma a través del cual observar la dinámica de las variables y la evolución futura del proceso, que la confirmará o descartará.
Para no quedarnos en los meros ‘encuestología’ ni ‘electoralismo’, la idea es cerrar el círculo entre dato, fuente y comprensión. Así, la estructura silogística puede tener mayor potencia analítica, permitiendo articular elementos empíricos (encuestas, actores institucionales) con vectores de subjetividad política en transformación.
Procesando los datos con auxilio de Copilot (Microsoft AI) tenemos, respecto del Hospital Garrahan, que el 94,6% de la población tiene imagen positiva, el 78,5% considera legítimos los reclamos del personal, el 85% llevaría a sus hijos al Garrahan en caso de enfermedad grave, y el 82,7% cree que el Estado debe garantizar su financiamiento.
Las variables ‘imagen positiva’ ‘apoyo a los reclamos salarial y presupuestario’ ‘confianza en la atención médica’ y ‘prioridad de financiamiento estatal’ nos permiten sustentar una síntesis de la subjetividad nacional, al igual que si la ensayáramos por el lado del CONICET.
Respectivamente a la primera premisa, la emergencia del “anti mileísmo” como subjetividad colectiva, no la defino como oposición partidaria, sino como plataforma afectiva y simbólica.
Eso permite captar fenómenos difusos como el rechazo transversal a ciertas políticas, incluso entre votantes iniciales de Milei. Sería como una lente que detecta desplazamientos culturales más que alineamientos electorales.
Tocante a la segunda premisa, las imágenes positivas de Garrahan y CONICET como síntesis de la argentinidad, vincula instituciones científicas y sanitarias con la identidad nacional, leyendo las encuestas no sólo como datos, sino como expresiones de una memoria social que se activa frente a la amenaza. Esto convierte la imagen positiva en un acto político, no sólo en una opinión.
Finalmente, lo que formulo como ‘atisbo de conclusión’, el fracaso de la escuela austríaca como síntesis del experimento, no pretende ser una afirmación cerrada, sino un horizonte de verificación. Si el experimento mileísta no logra consolidar legitimidad institucional ni sostener eficacia económica, la hipótesis permitiría leer ese desenlace como el agotamiento de un paradigma, no sólo de un gobierno.
Respecto de la hipótesis como prisma a través del cual observar la dinámica de las variables y la evolución del proceso futuras, un horizonte de búsqueda requiere por ahora poner el foco en: * la evolución de la legitimidad de instituciones públicas (¿crece el respaldo al CONICET, universidades, hospitales?); * la reconfiguración de identidades políticas (¿cómo se resignifica el “centro” o el “la izquierda” frente al mileísmo?); * la eficacia simbólica del discurso libertario (¿logra sostenerse como narrativa de sentido o se erosiona frente a lo concreto?).
Algunos interrogantes para el seguimiento pueden ser: ¿cómo evoluciona la imagen de Milei en relación con instituciones públicas emblemáticas?, ¿qué actores emergen como portavoces del anti-mileísmo y qué narrativas construyen?, ¿se consolida una subjetividad colectiva que revaloriza lo público como parte de la identidad nacional?, ¿qué indicadores muestran el agotamiento del paradigma austríaco en la práctica política argentina?